Si considerásemos El Quijote como una sola obra, como la
consideramos, a pesar de que el tiempo transcurrido entre la publicación de la
primera parte y la segunda fue de diez años, ¿podríamos decir que habíamos
leído el quijote si solo hubiésemos leído la primera parte? ¿Cuántos de los
asistentes conocen que hubo una segunda parte de “El Lazarillo de Tormes?”, que
se publicó de manera conjunta con la primera parte en Amberes, solo un año
después de haber salido la primera parte, sin embargo en España hubo de esperar
para de nuevo publicarse también conjuntamente con la primera parte hasta 1844,
un año después de abolida la Inquisición, la friolera de casi 300 años y ya nunca
más se volvió a publicar de manera conjunta, no solo eso, sino que ya se puede
decir que no se ha vuelto a publicar más allá de una docena de veces como
mucho.
Algunos pensaran… ¿Qué tonterías dice este? Si yo sé de sobra que hubo una segunda parte,
incluso alguno habrá leído esa segunda parte escrita por el toledano Juan de
Luna, publicada en París en 1620. Tal vez olvidando que en el prólogo un
ofendido Juan de Luna dice:
“La ocasión, amigo lector, de haber hecho imprimir la
Segunda parte de Lazarillo de Tormes ha sido por haberme venido a las manos un
librillo que toca algo de su vida, sin rastro de verdad. La mayor parte dél se
emplea en contar cómo Lázaro cayó en la mar, donde se convirtió en un pescado
llamado atún, y vivió en ella muchos años, casándose con una atuna, de quien
tuvo hijos tan peces como el padre y madre. Cuenta también las guerras que los
atunes hacían, siendo Lázaro el capitán, y otros disparates tan ridículos como
mentirosos y tan mal fundados como necios. Sin duda que el que lo compuso quiso
contar un sueño necio o una necedad soñada. Este libro, digo, ha sido el primer
motivo que me ha movido a sacar a la luz esta Segunda parte, al pie de la
letra, sin quitar ni añadir, como la vi escrita en unos cartapacios en el
archivo de la jacarandina de Toledo, que se conformaba con lo que había oído
contar cien veces a mi abuela y tías, al fuego, las noches de invierno y con lo
que me destetó mi ama.”
Se refiere a esa segunda parte del Lazarillo publicada en
Amberes y prohibida de inmediato por la Inquisición e 1959.
Esta segunda parte de Juan de Luna ha usurpado al auténtico
y genuino Lazarillo de Tormes, tal vez literariamente mejor, pero que a mi entender
no debe ocupar un puesto que no merece, entre otras razones por su misoginia, o
machismo militante, con una postura contra la mujer nunca vista hasta entonces
en la literatura española, ni tampoco
después.
La segunda parte del Lazarillo de Tormes sin embargo ensalza
virtudes y critica defectos comunes de la persona ya sea hombre o mujer,
mientras que en tono jocoso y mordaz critica la corrupción y la ambición e
incluso el machismo y la hipocresía de los poderosos. Es por ello que tiene el triste récord de ser
el libro más prohibido y castigado de la literatura española, perseguido desde
antes de su nacimiento, no pudiéndose publicar en España hasta 1844, casi 300
años después de ser escrito o de haber sido publicado en Amberes en 1555. ¿Tan
peligroso es?
La segunda parte de el Lazarillo- El Lazarillo prohibido
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